lunes, 6 de junio de 2011

LOS CELTAS Y LAS RUNAS



LOS CELTAS
Los celtas son junto griegos, latinos y nórdicos uno de los cuatro pueblos indoeuropeos de raíz lingüística Centum.


La palabra Celta proviene del nombre Keltoi que es como los griegos llamaban a un pueblo bárbaro esparcido entre los Alpes y la Península Ibérica. Su religión era politeísta y basada en la naturaleza. No ejercían el proselitismo religioso, aceptaban dioses de otras culturas y los admitían como propios.

El culto estaba a cargo de los “druidas”, sacerdotes y maestros con conocimientos sobre propiedades de las plantas, animales y astronomía

La cultura celta fue muy activa en Europa occidental hasta que los ataques de los nórdicos por el norte y la expansión temporal del Imperio Romano por el sur los disgrego en varios grupos que emigraron mayoritariamente hacia el oeste (Irlanda, Gran Bretaña, Península Ibérica) donde vivieron sus momentos de máximo esplendor artístico.

Actualmente los vestigios vivos más importantes de su cultura son los idiomas bretón y gaélico.

Trabajaban la piedra y los metales como un objeto de culto procedente de la madre tierra.





LAS RUNAS
Las runas son parte de un antiguo alfabeto mágico usado por los pueblos nórdicos y sajones. En el alfabeto gótico la palabra runa significa: algo secreto, algo misterioso, obra de dioses. Y se les llama vikingas porque este pueblo las utilizó con propósitos mágicos, sagrados y religiosos. Sin embargo, en esa época no sólo fueron usadas en adivinación y magia, sino también en poesía, inscripciones y escrituras.
Los símbolos de las runas se grabaron en piezas de madera, metal, cuero, piedra y cerámica, por el poder sagrado que tienen los objetos de la naturaleza. Los vikingos las tallaron en vasos, escudos de batalla, amuletos y hasta en sus barcos de guerra para recibir protección.
La interpretación de las runas  está relacionada con el desarrollo interior del ser humano. Éste es representado por el Guerrero Espiritual, quien se encuentra en constante lucha consigo mismo para alcanzar la meta del cambio, la evolución, la transformación y, por lo tanto, un mayor estado de conciencia.
El oráculo nos permite usar las runas como un puente entre nosotros y nuestra conciencia superior. Así, nos daremos cuenta de que podemos confiar en nuestro propio poder espiritual para enfrentar con valentía, honestidad y autenticidad las pruebas que la vida nos depara en cada momento.

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