Los mayas, brillante civilización, se establecieron durante 3000 años, en el sur Yucatán, parte de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. Alcanzaron su máximo esplendor durante periodo clásico 250-900 d.c con la construcción de pirámides donde sepultaban a sus gobernantes a los que veneraban después de muertos, junto a sus dioses.
Hay un desacuerdo entre los límites y la diferencia entre los mayas antiguos y una civilización mesoamericana preclásica vecina, la cultura olmeca. Pero en lo que si se está de acuerdo es en que los olmecas y los mayas antiguos parecen haberse influenciado entre sí.
Fueron grandes arquitectos y artistas. Vivian en ciudades estado, independientes entre sí. Su medio de vida eran la agricultura y el comercio. Los mayas participaban en el comercio a larga distancia en Mesoamérica, y posiblemente más allá. Entre los bienes de comercio estaban el jade, el cacao, el maíz, la sal y la obsidiana.
Es de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es de importancia mundial.
No hablaban una única lengua, sino cientos de dialectos. Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.
Desarrollaron un sistema único de escritura jeroglífica, complicados calendarios, y comprendieron el movimiento de los planetas.
El sacrificio humano y el desangramiento formaban parte de sus ritos para el sostenimiento de sus dioses y estos le retribuían enviándoles el agua necesaria para su vida.
Según se había profetizado vuelven, con serios avisos a la humanidad. Nos han legado mensajes vitales para el futuro de nuestro mundo y para el hombre actual.
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